Hamas liberó este lunes a los últimos 20 rehenes que permanecían con vida en la Franja de Gaza, como parte de un acuerdo de alto el fuego alcanzado con Israel Defense Forces. El operativo fue supervisado por mediadores internacionales y constituye uno de los pasos más significativos desde el inicio del conflicto en octubre de 2023.
El acuerdo, mediado por United States government, Government of Egypt y Government of Qatar, contempla el cese inmediato de las hostilidades y un amplio intercambio de detenidos. Los rehenes fueron entregados al Comité Internacional de la Cruz Roja y trasladados a territorio israelí, donde se reencontraron con sus familias.
En paralelo, Israel liberó a alrededor de 1.700 prisioneros palestinos, entre ellos unos 250 que cumplían largas condenas. La medida forma parte de un paquete más amplio que incluye la progresiva retirada de tropas israelíes y la apertura de corredores humanitarios para el ingreso de ayuda a Gaza.
Si bien la liberación de los rehenes vivos representa un avance clave, aún resta la entrega de los cuerpos de quienes murieron durante el cautiverio. Según se informó, esto ocurrirá en una segunda etapa del acuerdo.
El primer ministro israelí señaló que “la prioridad fue traer de vuelta a quienes estaban con vida”, al tiempo que aseguró que continuará la presión internacional para garantizar la devolución de todos los cuerpos y la desmilitarización de Hamas. Por su parte, la organización islamista realizó una demostración de fuerza con la presencia de combatientes armados durante la entrega, lo que evidencia que mantiene parte de su estructura operativa en la Franja.
La noticia generó una fuerte repercusión internacional. En Tel Aviv, miles de personas se reunieron en la llamada “Plaza de los Rehenes” para seguir en vivo el operativo y recibir a los liberados. Gobiernos y organismos humanitarios celebraron el avance, aunque alertaron sobre la fragilidad del acuerdo y la necesidad de garantizar su cumplimiento pleno.
El futuro político y de seguridad de Gaza continúa siendo uno de los puntos más sensibles de la negociación. La comunidad internacional insiste en la necesidad de un plan de reconstrucción y de una solución política de fondo que evite una nueva escalada bélica.