El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, afirmó hoy que el país «está en guerra» tras el sorpresivo ataque por tierra, mar y aire de milicianos palestinos, y aseguró que el movimiento Hamas, que gobierna la Franja de Gaza, pagará «un precio sin precedentes».

«Ciudadanos de Israel, estamos en guerra. No en una operación, no son rondas de combates, es una guerra», indicó Netanyahu en un video difundido en sus redes sociales, en referencia a la ofensiva que, según cifras preliminares dadas por medios israelíes, dejaron al menos 22 muertos en ese país, y cuatro palestinos fallecidos por los bombardeos de represalia.

Al menos 2.200 cohetes habrían sido disparados desde Gaza hasta las 10:30 hora local (4:30 de la Argentina), dijo a la prensa el portavoz del ejército israelí, el teniente coronel Richard Hecht, citado por la agencia de noticias AFP.

«Hubo un ataque combinado con ayuda de parapentes», indicó a la prensa el portavoz del ejército israelí, el teniente coronel Richard Hecht, advirtiendo que estaba sucediendo «algo grande».

El brazo armado del grupo islamista palestino Hamás habló de 5.500 proyectiles.

«Decidimos poner fin a todos los crímenes de la ocupación (de Israel), su tiempo de arrasar sin rendir cuentas terminó», declaró el grupo.

«Anunciamos la Operación diluvio de Al-Aqsa y disparamos, en el primer ataque de 20 minutos, más de 5.000 cohetes», afirmó.

«Ordené, en primer lugar, que se desalojaran las comunidades en las que se habían infiltrado terroristas. Esto actualmente se está llevando a cabo. Al mismo tiempo, he ordenado una amplia movilización de reservas y que devolvamos el fuego de una magnitud que el enemigo no ha conocido. El enemigo pagará un precio sin precedentes», explicó Netanyahu en un video publicado en sus redes sociales.

El Ejército israelí anticipó que miles de reservistas serán llamados a filas para operar en Gaza, así como en el norte del país, cerca de las fronteras con Líbano y Siria, y en la ocupada Cisjordania.